24 Sep Nos acostumbramos a una visión única del camino
Todos los días realizo una caminata por la ciudad, siempre el mismo recorrido y en el mismo sentido. Al final me doy cuenta de que uno se acostumbra a tener una sola perspectiva de las cosas y que tu perspectiva termina siendo la misma. Nos acostumbramos a tener una visión única del camino. Los mismos edificios, las mismas tiendas, las mismas ventanas, los mismos árboles… Todo lo contemplo desde una imagen que queda grabada en mi retina y en mi cerebro, y parece como si siempre fuera el mismo camino. Solamente considerando las variaciones de alguna obra nueva y el paso de las personas, que en ocasiones son las mismas, si hago el trayecto a la misma hora.
Pues bien, desde hace unos días decidí, por ver que ocurría, cambiar el sentido de la caminata. La hice en sentido contrario al de siempre para ver cómo afectaba a mi cuerpo. La primera sensación es que ya no era una bajada, ahora se convertía en cuesta y a la inversa. Pero lo más fascinante ha sido que ahora tenía una visión distinta de las cosas y elementos que me encontraba en el camino de todos los días. Había cambiado mi visión del mismo. Parecía un camino diferente a pesar de que lo realizaba a diario, y es que había realizado un pequeño pero sustancial cambio.
Amplía la visión del camino
La visión era tan diferente que incluso contemplé cosas que antes pasaban desapercibidas a mis ojos y por mi cabeza. Aparecieron elementos a los que antes no prestaba atención. Y es que cuando nos acostumbramos a tener una visión única del camino, lo que antes veías en una dirección permiten tener perspectivas y ver puntos de vista que pasaban invisibles a la mirada. Ahora sigo haciendo el mismo camino, el efecto sobre mi salud sigue siendo bueno incluso mejor, pero percibo diferentes cosas con el cambio de sentido. Aún me quedan muchas cosas nuevas por percibir.
La empresa necesita que no haya una visión única
Esto nos pasa en las empresas. Siempre hacemos el mismo camino en el mismo sentido. No es preciso que hagamos un cambio radical cambiando de trayecto, en ocasiones basta con que hagamos un “cambio de sentido”, nos paremos a ver cosas que pasan desapercibidas y que no hemos todavía comprobado al ir siempre de la misma manera.
Al final, las cosas más sencillas responden a patrones, la vida misma nos da pistas acerca de las decisiones que debemos tomar en nuestra vida diaria de trabajo.
- No es siempre necesario cambiar de camino, podemos aprovechar el conocimiento del que hemos andado.
- Coger un camino nuevo totalmente desconocido puede ser arriesgado en estos momentos.
- Aprovecha nuevas perspectivas viendo puntos de vista que no hayas identificado aún.
- Podemos modificar la forma en que hacemos las cosas, aunque el camino sea el mismo.
- Un solo cambio de sentido en tu camino puede ser suficiente para abrir nuevas y provechosas alternativas.
Cambiemos perspectivas, ejercitemos la visión de sentido contrario. ¿Qué nuevas cosas podemos ver?
Por David Martínez Alonso, Consultor Ejecutivo @David_DMAA