15 Jun 3 medidas ante una crisis de viabilidad
La solvencia sigue siendo la gran preocupación en todo lo relacionado con la sostenibilidad de las empresas en estos tiempos de inestabilidad económica. Incluso, también, con las personas. En momentos en los que la inflación, la subida de la energía y problemas en el abastecimiento o el cierre de mercados nos afectan, mantener la capacidad de pago es un objetivo fundamental en todas las instancias.
La solvencia es la capacidad de ejecución de los activos, es decir de ser convertidos en dinero a corto plazo. Cuando hay liquidez una empresa cuenta con los recursos suficientes para mantenerse activa. Tanto si se trata de servicios como si se trata de productos. Determinarlo implica evaluar, a fondo, todo aquello que se necesita hasta el último de los costes y movimientos del dinero.
En esta entrada de blog queremos ser concisos al orientar hacia tres gestos lógicos y concretos que podemos adoptar para asegurar las posibilidades de éxito a nuestra empresa.
Diagnóstico de la situación actual
Es el paso previo y fundamental. ¿Cuál es la situación de la organización? ¿Hay motivos para la preocupación? Es necesario hacer un estudio de la situación financiera que permita determinar la capacidad de pago que tiene la organización, de todas sus obligaciones.
¿Están los ingresos siendo capaces de pagar a los proveedores y servicios que necesitamos para producir nuestros bienes y servicios?
Será necesario determinar el estado de:
-El cash flow o tesorería.
-El punto de equilibrio.
-Un balance de las pérdidas y ganancias.
Análisis de la cartera de clientes
Una vez que hemos determinado nuestros números y cuál es nuestra capacidad efectiva de seguir operando, llega el momento de analizar nuestra cartera de clientes.
¿Cuáles de nuestros clientes aportan la mayor parte de nuestros ingresos? ¿Cuáles de nuestros clientes no generan realmente beneficios? ¿En cuáles hay más posibilidades de crecimiento?
En definitiva: ¿dónde debemos centrar el foco? ¿Tiene sentido vender más a un cliente o de un producto o servicio que es deficitario?
Analizar de dónde vienen nuestros ingresos principales y desarrollar nuevas estrategias relacionadas con ese tipo de cliente o servicio puede ser una estrategia ganadora.
Reorganización de la empresa
Una vez que hemos detectado cuál es la viabilidad de la empresa en función de su situación económica y hemos determinado qué tipo de actividad es la que ofrece mejores posibilidades para aumentar sus ingresos, llega el momento de reorganizar la actividad:
1. Ajustar el modelo de negocio con los cambios necesarios y fijar nuevos objetivos.
2. Reorganizar el organigrama y los procedimientos del equipo. Ajustar el tiempo y los recursos que destinamos a cada una de las actividades.
3. Optimizar los costes a través de una revisión de las compras y los gastos.
4. Establecer un control interno que permita monitorizar, en períodos cortos de tiempo, el cumplimiento de los parámetros que permiten determinar que nos acercamos al punto de equilibrio y que nos aproximamos al beneficio y al cumplimiento de las obligaciones.
En conclusión
Se trata de analizar la situación actual y trazar una ruta de cambios, a través de lo que, en el fondo, es una revisión del Plan de Viabilidad. Los rápidos cambios en la situación económica obligan, cada vez más, a mantener activa la revisión constante de la marcha de un emprendimiento. En el fondo, es profesionalizar la resiliencia necesaria para abordar las dificultades del mercado.
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