La planificación es en sí, un objetivo estratégico - DMA Advisory
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La planificación es en sí, un objetivo estratégico

Un año por delante es una hoja en blanco, tantas oportunidades como días de sacar adelante adelante los objetivos que nos hemos trazado antes de llegar a nuestra auténtica meta:  cumplir con la misión de la empresa,  la propia realización personal y de las personas con las que trabajamos.

Pero, ¿son realmente tantas las oportunidades? Depende de cómo hemos concebido nuestra actividad, hasta qué punto ponemos en marcha nuestra maquinaria, lo que sí está claro es que en el largo camino que supone el año  de oportunidades, el tiempo es un bien escaso y hace falta tiempo también para reponer fuerzas y tomar distancia de la actividad diaria. Es necesario gestionarlo adecuadamente.

Trazarse objetivos y metas que den sentido a la actividad diaria es más que una tarea necesaria, es un ejercicio de supervivencia que debe hacerse de forma tan compleja como sean nuestros proyectos, y que jamás debe plantarse con un enfoque corto de miras.

Los objetivos no son un dechado de buenas intenciones, sino hitos. Recientemente Richard Yu, presidente de Huawei, reveló la visión de futuro de su empresa: “Conectar a los humanos a través del mundo, mucho más allá de lo que imaginan, gracias a la inteligencia artificial. El móvil va a estar presente en todo”. A partir de esta visión, se conjugan todas las líneas de actuación que mueven la organización.

La visión

Tener una visión es contar con una meta inspiradora y motivadora de la dirección a la cual nos vamos a dirigir.  Define las líneas de trabajo en el futuro al dibujar de manera clara lo que queremos alcanzar.  De dicho objetivo central deben salir las acciones estratégicas que conducen a alcanzarlo.

Los planes estratégicos suelen ser para tres o cinco años. Pongamos por caso CaixaBank. Su objetivo es “Ser líderes en confianza y rentabilidad”. El cómo conseguirlo lo ha centrado en cinco líneas estratégicas:

  1. Foco en el cliente: ser el mejor banco en calidad y reputación.
  2. Lograr una rentabilidad recurrente por encima del coste de capital.
  3. Gestionar activamente el capital.
  4. Liderar la digitalización de la banca.
  5. Contar con el equipo humano más preparado y dinámico.

Análisis Financiero

Pero proyectar no es un ejercicio de ensoñación. La gestión profesional de la empresa requiere que el proyecto y la realidad se expresen en números, medibles, cuantificables. Tanto para reconocer el punto desde el cual se planifica en los primeros pasos, o bien sea  en “el juego de la mitad”.  Es decir, actuar cuando ya se han dado unos cuantos pasos y los resultados ya comienzan a verse. En estos casos toca actuar sobre dichos resultados.

El análisis económico-financiero es el análisis de los cobros y pagos, así como de los ingresos y gastos para determinar cuál es el balance justo y el equilibrio de pérdidas y ganancias, determinando así la rentabilidad de la empresa. Y en efecto, este estudio vale tanto para adelantarse a los posibles escenarios de una futura organización, como para actuar sobre la situación presente.

Hay que centrar la atención a varios puntos clave:

  1. La tesorería

Analizar bien las entradas y salidas de dinero para saber hacia dónde orientar bien los objetivos, que solucionen algunos de los fallos. Mantener la empresa funcionando con recursos suficientes para mantener activa todas la maquinaria puede evitar más de una situación, que por mal cálculo, pueden dejar a la organización fuera de mercado.

  1. La financiación

Estudiar en función de los planes de crecimiento o fortalecimiento de determinadas áreas del negocio cuáles son aquellas en las que debemos invertir y en las que una inversión tiene una razón real que se exprese en la mejora de los resultados. ¿Digitalizar? ¿Prescindir de un área de negocios? ¿En dónde ponemos el acento porque ofrece más retorno?

  1. La fiscalidad

Ese dinero que no es de la empresa y que debe estar siempre vigilado y calculado para evitar sobrecostes derivados de un mal cálculo o de sanciones que puedan poner en peligro el equilibrio económico.  Usarlo como una forma de financiación es de los mayores peligros que se pueden asumir.

       4. El liderazgo

Las personas adecuadas para liderar determinados procesos son claves, desde los líderes sectoriales hasta los trabajadores que toman contacto directo con el producto o servicio. Los recursos humanos son uno de los más complicados elementos dentro de la mezcla que impulsa a la organización hacia derroteros competitivos.

Planificación anual

Respecto a los objetivos de la empresa a largo y mediano plazo, se establecen los objetivos por meses,  temporadas , productos o campañas en función de la dinámica de cada empresa. La planificación exige establecer objetivos, planes y presupuestos. La estrategia es la orientación que los líderes, (y en mayor y mejor medida, el equipo de personas capaces de refrescar su funcionamiento a través de una dinámica de constante retroalimentación), imprimen a la empresa orden y sentido a través del feed back que ofrece el mercado.

La planificación para el logro de tal objetivo seguramente estará apegada a la forma de gestión. Se pondrá énfasis en las áreas departamentos, en el caso de empresas medianas y grandes, pero en el caso de microempresas y autónomos, todas las áreas de actuación merecen también su propia planificación confluyendo en una dirección compartida.

La planificación de los objetivos, y su complejidad en el mundo actual es un tema que continuará…